La investigación representa un factor relevante para
todos los sectores y ámbitos de cualquier sociedad, indistintamente del tipo de
cultura que tenga; pues el epicentro del fenómeno investigación lo constituyen
el desarrollo de las actividades de índole intelectual, creativo e innovador
que por naturaleza el hombre posee intrínsecamente, se trata pues de un
mecanismo que fomenta las capacidades, habilidades y destrezas de los
individuos para generar nuevos enfoques, ideas, modelos, mecanismos y métodos con
procedimiento de carácter científico, orientado a fundar a partir de estudios diagnósticos
los avances que permiten que progrese las sociedades del conocimiento. En ese
orden de ideas, Ander-Egg (1995), define la investigación como “el proceso
que, utilizando el método científico, permite obtener nuevos conocimientos en
el campo de la realidad social (investigación pura) o bien estudiar una
situación para diagnosticar necesidades y problemas a efectos de aplicar los
conocimientos con fines prácticos” (p. 59).
Partiendo del postulado anteriormente citado, si
efectuamos un análisis en la praxis de este fenómeno en nuestra sociedad
venezolana, se puede afirmar empíricamente por el comportamiento de las
variables sociales, económicas, políticas y culturales, que actualmente están latentes
en el País; la investigación y desarrollo es un ámbito muy deprimido en todos
los niveles de gobierno, sea nacional o subnacional; se debe partir que la educación
es un pilar angular para desarrollar todas las áreas de una sociedad, pues los
centros universitarios con apoyo de los gobiernos deben fomentar la investigación
en el campo industrial, de la salud, de las finanzas, agrícolas, entre otros,
que permita a la administración estatal diseñar e implementar políticas públicas
sustentables y sostenibles, que beneficien a los habitantes y minimice los
problemas para las autoridades, siendo de esta forma ganar-ganar.