En
el contexto nacional, las acciones
económicas anunciadas por el Ejecutivo Central en materia de asignación de
divisas, donde crea el Sistema Complementario de Administración de Divisas
(Sicad), a los fines de satisfacer la demanda de dólares a los empresarios
privados que requieren importar productos para ofertarlos en el mercado
interno, los cuales deben estar inscritos en el Registro de Usuario del
Sistema de Administración de Divisas (Rusad).
Asimismo,
recientemente fue eliminado el SITME, organismo que se encargaba de estos
trámites, alegando que existían altos niveles de perversión y corrupción,
recordando además que tal institución la manejaba el Banco Central de Venezuela
e interactuaba a través de los operadores financieros (entidades bancarias), es
decir, que el Estado debe ser garante de la transparencia en las organizaciones
públicas, implementando mecanismos de control y fiscalización de procesos y
procedimientos; y no debería actuar evadiendo responsabilidades; de manera tal,
que cuando una institución no funciona se elimina y se cierra el capítulo…y el
acto de malversación y corrupción se cierra… negligencia pública en el manejo
de los fondos.
Ahora
bien, el esquema que utilizará el Sicad, es de subasta pública, entiéndase por subasta la venta organizada de un producto (dólares en nuestro caso) basado en la
competencia directa, y generalmente pública, es decir, a aquel comprador
(postor) que pague la mayor cantidad de dinero a cambio del producto (dólar),
el precio inicial de la subasta indiscutiblemente debe empezar por el tipo de
cambio oficial estipulado el 08 de febrero del presente año Bs. 6,3 por dólar,
y a partir de allí inicia el proceso de oferta para que los compradores que tengan
las mayores condiciones y posibilidades económicas adquieran las divisas al
tipo de cambio final que la subasta resulte, es decir, puede ser a 7, 8, 9 Bs
por dólar.
Finalmente,
a mi entender, posterior a la subasta esos empresarios que adquirían los
dólares a un precio superior al tipo de cambio oficial de 6,3, comprarán sus
materias primas o productos para abastecer el mercado local, e indudablemente
ese sobreprecio que pagan en la subasta se trasladará al producto y por
consiguiente el consumidor final, es decir, los ciudadanos pagaran las
consecuencias del nuevo mecanismo cambiario implementado por el
Gobierno.