domingo, 7 de julio de 2013

La Centralización en la Venezuela Socialista: una Práctica Retrógrada del Siglo Pasado. Caso de Estudio: Gobiernos Regionales (FIDES y LAEE).




En la medida que se van desarrollando las grandes transformaciones en la sociedad venezolana, influenciada naturalmente por un inminente fenómeno globalizador, apoyado por el avance constante de las tecnologías de la información y las comunicaciones, los gobiernos indistintamente del nivel al que pertenezcan, deben fundamentalmente mejorar las políticas públicas que prestan  a la ciudadanía, en áreas vulnerables tales como: salud, educación, vivienda, infraestructura, vialidades, desarrollo económico, cultura, deporte entre otros; a través de mecanismos como la descentralización en sus diferentes dimensiones: política, fiscal, administrativa, territorial funcional y económica; que aunque no erradican las problemáticas sociales, por lo menos reducen la brecha de la situación. 

Cabe destacar que, Venezuela inició su proceso descentralizador a finales del siglo pasado con dimensiones política y administrativa para los gobiernos subnacionales, es decir, en estados y municipios; instrumento que actualmente tiene su aplicabilidad, aunque con cambios significativos respecto al manejo administrativo, en cuanto la Asamblea Nacional dictó un acuerdo que se publicó en la Gaceta Oficial Nº 39.155 de fecha 7 de abril de 2009, mediante el cual autorizó la restitución inmediata del sistema de vialidades, donde se estableció textualmente en el artículo 1:
Declarar la reversión inmediata al Poder Ejecutivo Nacional, por órgano del Ministerio del Poder Popular para las Obras Públicas y Vivienda, de los bienes que conforman la infraestructura vial y que en conjunto representan el patrimonio vial de la República Bolivariana de Venezuela, transferidos a los estados que se señalan a continuación: Amazonas, Aragua, Apure, Anzoátegui, Barinas, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Distrito Capital, Falcón, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo, Yaracuy, Vargas y Zulia, así como las competencias para conservación, administración y aprovechamiento que sobre ellos ejercen.
Ahora bien, tal medida ocasionó sin lugar a duda efectos adversos a la ejecución de políticas públicas en las comunicaciones viales en todo el país; por cuanto, no es vinculante resolver problemáticas de arterias viales que se encuentran a miles de kilómetros del organismo de adscripción inmediato, ubicado en la urbe (ciudad imperial / hegemonía del poder / Caracas, en este caso), naturalmente la capacidad de gestión se disipa por concentrar funciones de veintitrés (23) estados en un solo organismo con competencia nacional, desvirtuando y deteniendo así, la razón de ser de la descentralización, la cual “permite a los gobiernos subnacionales estimular la participación ciudadana para un mejor sistema redistributivo, más ecuánime, con mayor diferenciación y eficiencia en el aprovisionamiento de bienes y servicios públicos”.



Fuente: Elaborado por Lic. Derkis Arévalo (Junio, 2013).

En ese mismo contexto, con la supresión de los mecanismos de financiamiento del Fondo Intergubernamental para la Descentralización “FIDES” y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales “LAEE”; se quebrantó el proceso de descentralización en cuanto a la autonomía funcional, administrativa y financiera de los extintos instrumentos. En tal sentido, este mecanismo permitía a las autoridades regionales elaborar el plan de inversión con autonomía (obras o proyectos) del Estado y ser ejecutado de acuerdo a las necesidades y carencias reales que las comunidades  reflejaban, previo diagnóstico, logrando así, tener canales de celeridad y eficacia  en la acción pública.

No obstante, con la creación del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) a través del Consejo Federal de Gobierno, instancia destinada según el artículo 22 de la (LOCFG) al “financiamiento de inversiones públicas para promover el desarrollo equilibrado de las regiones, la cooperación y complementación de las políticas e iniciativas de desarrollo de las distintas entidades públicas territoriales y la realización de obras y servicios esenciales en las regiones y comunidades de menor desarrollo relativo”; mecanismo finalmente activado que sustituyó dos (2) fuentes de ingreso clave: el Fides y Laee.

El gráfico anterior denota sin lugar a duda, la práctica retrógrada que se efectuaban en el siglo XX por gobiernos con características autoritaritas, totalitarista e incluso en sistemas democráticos, que arrastraban secuelas de tales doctrinas, reavivando la centralización y el debilitamiento de los logros alcanzado en cuanto a la descentralización, vulnerando su autonomía y finalmente afectando la atención inmediata de los habitantes de una región ó localidad según sea el caso.

En efecto, estamos en presencia de una acción distorsionadora del sistema, ¿qué papel juegan las instancias legislativas en las regiones y municipios?, sencillamente no son más que estructuras aprobadoras de créditos, debilitadas para actuar en un espacio geográfico de complacencia o simplemente operadores políticos para aminorar a los adversarios, actores naturales de un sistema democrático.

Finalmente, este artículo pretende llamar a reflexión a la sociedad, para colocar en la agenda pública nacional el tema de la descentralización, mecanismo exitoso en otros países de la región para alcanzar el desarrollo sustentable y sostenible con altos niveles de eficiencia y eficacia en las políticas públicas, de tal manera que se superen los calificativos de instaurar practicas centralistas, totalitaristas y autoritaritas que en su momento fueron el epicentro de una época y hoy en día son antecedentes no placenteros de las arenas de poder.


Derkis Enrique Arévalo
Twitter: @derkisarevalo
Email: deam153@gmail.com