lunes, 9 de febrero de 2015

SITUACIÓN ACTUAL DE LA PYME EN VENEZUELA




Los factores que han influido en el desempeño y en el avance de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pyme) en la Venezuela actual, están vinculadas con las diferentes medidas y acciones públicas adoptadas desde el Gobierno Nacional, como garante de las políticas macroeconómicas para la materialización del modelo de desarrollo productivo que la Nación demanda para alcanzar la sustentabilidad y sostenibilidad económica y social en beneficio de la sociedad.
En tal sentido, a los fines de contextualizar la convulsionada situación por la que atraviesa el sector Pyme, viremos un poco sobre las cifras oficiales que el Ejecutivo ofrece en política monetaria para efectuar los respectivos análisis críticos en el marco de la realidad que los mercados viven actualmente: el índice de precios al consumidor (inflación), alcanzó un sesenta y cuatro por ciento (64%), desde enero hasta diciembre de 2014, de acuerdo al BCV; la escasez de productos esenciales y esta elevada inflación agobia no solamente a los venezolanos de a pie, sino a los emprendedores y a los pequeños y medianos empresarios, los cuales se encuentra en una situación de expectativa constante con relación a las reiterativas acciones o medidas económicas que el Gobierno sostiene, pues las Pyme son actores relevantes que impulsan el desempeño del aparato productivo, y pueden coadyuvar a la superación de la crisis económica estructural del país.
Luego de realizar una revisión minuciosa de datos y contrastarlo con informaciones que la realidad misma muestra de una forma histriónica, pública y comunicacional sobre el comportamiento de las Pyme en el entorno de incertidumbre sobre el rumbo que el modelo económico debe tomar, estas se encuentran debilitadas y en un clima hostil, pues son necesarias por parte del Estado Nacional muestras de apoyo para promover y fomentar inversiones constantes, que orienten a impulsar una economía colapsada, indiferentemente de las diversas justificaciones que los actores que ostentan el poder argumentan, como aquellas figuras naturales que la adversan  en un sistema democrático. No obstante, debemos observar los problemas sin pasiones ideológicas y desde lo racional y preocupante que la situación amerita en plena segunda década del siglo XXI.
Para Carlos Feo en el 2014, representante de La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), manifestó referente a las Pyme: “este gremio viene alertando sobre la ausencia de políticas de impulso industrial y que el modelo de desarrollo endógeno o socialismo del siglo XXI, se han transformado lentamente en una economía de puertos”. (p.5). 
En efecto, tales afirmaciones permiten inferir que el modelo de desarrollo basado en la producción de interna de bienes y servicios para satisfacer la demanda de la población venezolana fraguado desde el Plan de Desarrollo 2001-2007 “Equilibrios”, continuado en el I Plan Socialista de la Nación 2007-2013 e insistentemente en el II Plan de la Nación 2013-2019, está en serio problemas que van desde el agotamiento del modelo en la praxis (situación actual), y no se vislumbra alguna postura para rectificar sobre el particular, más bien las acciones gubernamentales están orientadas hacia la radicalización de un modelo que le urge una revisión profunda, como ya lo han expresado diversas autoridades del país.